SAN FRANCISCO CON NIÑOS: EL MUSEO DE LA CREATIVIDAD

“La creatividad es la inteligencia divirtiéndose”– Albert Einstein

Una de las visitas que más disfrutamos durante nuestra estancia en San Francisco fue el Museo de la Creatividad. Habíamos leído muy buenas reseñas de este Museo pero la visita superó nuestras expectativas.

El Museo de la Creatividad para niños (Children’s Creativity Museum) es un espacio diseñado para desarrollar la confianza creativa en niños de 2 a 12 años a través de actividades manuales, arte multimedia y experiencias tecnológicas.

El Museo es un lugar de visita obligada para familias con niños y está situado en el centro de San Francisco, una de las ciudades más creativas del mundo, a pocos pasos de los Jardines de Yerba Buena y el SF Moma.

Tiene un enfoque único para fomentar y promover las habilidades del siglo XXI: expresión creativa, innovación, y pensamiento crítico, y además proporciona horas de diversión para toda la familia.

Las instalaciones son increíbles y están totalmente adaptadas a los niños, proporcionando un espacio en el que pueden con libertad inventar, experimentar, crear, leer, imaginar, escalar, jugar, pintar, hacer música e incluso grabar una película.

El Museo se organiza en distintas zonas y exposiciones que combinan el modelado en arcilla, tecnología, el reto de una caja misteriosa, robótica, programación, un laboratorio de imaginación y creación digital en tiempo real. También hay un Teatro Creativo que acoge distintos espectáculos y proyecciones para todas las edades.

Pero sin duda, lo que más nos sorprendió fue el Estudio de creación de Música “Making Music Studio”. Esta exposición está basada en el juego y en ella los niños pueden crear sus propios instrumentos, jugar con juguetes que realizan sonidos, descubrir su voz, producir una grabación e incluso componer sus propias melodías.

Al entrar, hay un poster que te da la bienvenida y pregunta a los niños “¿Qué música vas a compartir hoy con el mundo?”, seguido de la siguiente frase: “Tu música puede expresar tus sentimientos y tu canción puede contar tu historia”. Es maravilloso ver de qué forma tan bella y con tanta sensibilidad se acerca la música a los niños más pequeños.

Debo admitir que como pianista y musicóloga, se me encogió el corazón al entrar en este estudio y ver el increíble espacio que habían dedicado a la educación musical. Sentí que sin duda es así como se debe mostrar la música a los niños: como un arte divertido, creativo y experimental.

En definitiva, si tenéis previsto visitar esta maravillosa ciudad con vuestra familia, os recomiendo que asignéis unas horas para visitar este Museo. Al salir, no os olvidéis de montar en el histórico carrusel LeRoy y disfrutar también del parque infantil situado frente al Museo.